El aguará guazú (Chrysocyon brachyurus), es un cánido autóctono de Bolivia, Paraguay, Perú y Argentina. Su nombre deriva del guaraní y quiere decir “zorro grande”.
Es el más grande de todos los cánidos de América del Sur.
Si bien es inofensivo, se ha visto reducido a zonas aisladas, ya que el avance de las ciudades y de la frontera agropecuaria lo han empujado hasta los rincones donde hoy habita. Además goza de una lamentable mala prensa, ya que es relacionado con la antigua leyenda del lobizón, lo que ocasiona que en muchos lugares se lo busque para matarlo ni bien se escucha de su presencia.
En otros lugares en cambio es adoptado como mascota, lo cual también es contraproducente, ya que al ser víctimas del mascotismo se llega a asesinar a los padres para robar el cachorro. Al crecer el cachorro se criará en un ambiente que no es el suyo, perdiendo su condición de salvaje en apariencia, pero conservando su intento, lo cual podría ser peligroso tanto para el animal como para los seres humanos que lo priven de su libertad.
Se caracteriza por tener un pelaje muy denso y una distintiva melena alrededor del cuello, por lo que también lo llaman lobo de crin. Puede llegar a los treinta y cuatro Kg. de peso. Su melena le permite parecer más grande para amenazar a otros de su especie en caso de que sea necesario.
Las pupilas de los ojos son circulares, a diferencia de otros cánidos como los zorros, que las tienen en forma vertical. Las orejas son grandes, para poder irradiar el calor que no necesita y reducir la temperatura de su cuerpo.
Se comunica por medio de ladridos graves y roncos que pueden escucharse a largas distancias.
Las patas largas le permiten una mejor visibilidad en ambientes de altos pastos en los que habita. Son muy caminadores, suelen recorrer los caminos fijos, trazando sus propios senderos.
Es un animal solitario, tímido y desconfiado. Suele cazar al anochecer. Se alimenta por lo general con pequeños mamíferos y aves, además de raíces y frutas. Suele preferir ranas, lagartos, víboras, cuises, armadillos, aves y huevos.
El aguará guazú no forma manadas, sino que se junta con su pareja una vez al año ocasionalmente ocupando la misma guarida. Desde el apareamiento hasta la madurez de las crías, la pareja se mantendrá junta, ya que ambos padres cuidan de los cachorros, que suelen ser de dos a tres por camada.
En Bolivia se cree que da suerte a quienes lo observan. En medicina tradicional incluso se utilizan sus huesos como cura de la parálisis facial, aunque en la mayoría de los lugares se lo persigue por considerarlo un augurio de muerte.
Al día de hoy se encuentra en la Lista Roja de Especies Amenazadas de la Unión Internacional de conservación de la Naturaleza (UICN), le corresponde la categoría de En Peligro (EN) a nivel nacional.
Los fenómenos que amenazan a esta especie son: la cacería, atropellamiento en rutas, el mascotismo, la modificación y fragmentación del hábitat, el y contagio de enfermedades por perros domésticos.
Buen día! el aguará guazú también está en Brasil. De hecho es el país que más individuos posee actualmente.
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